Javier Alemán

The Book of Hungry Names

In Rol, Videojuegos on abril 30, 2024 at 9:28 am

Una crítica.

Choice of Games es una desarolladora de videojuegos de ficción interactiva que en 2020 empezó a sacar títulos ambientados en la quinta edición de Mundo de Tinieblas. Por entonces sólo había recibido esa actualización el juego principal, Vampiro: La Mascarada, y la iniciativa fue tan fecunda como para resultar en cuatro obras: Night Road, Out for Blood, Parliament of Knives y Sins of the Sires. En general los cuatro de muy alto nivel, con la lógica diferencia en temas y narrativa que da el haber sido creados por cuatro autores distintos y con todos capturando a la perfección el ambiente y el ethos de la nueva edición. Si tuviera que elegir un favorito de esa primera hornada sería Night Road, de Kyle Marquis, pero creo que el nivel es muy parejo y cada uno brilla a su manera.

Tiempo después se anunciaría que la colaboración prosigue con dos nuevos títulos, ahora uno por cada una de las líneas que han aparecido en este tiempo: The Book of Hungry Names por Hombre Lobo: El Apocalipsis y The Beast of Glenkildove por Cazador: La Venganza. Y en este primero repite Kyle Marquis, que me parece una fantástica elección.

Básicamente, The Book of Hungry Names es tanto una partida de iniciación a Hombre Lobo como una crónica mucho más larga que te muestra todo lo que puede abarcar la nueva edición del juego. Abre con lo que podría ser el Rito de Iniciación de tu personaje pero rápidamente se expande por la zona central de Massachusetts para contar la historia de un fracaso pero también de lo que podría ser un nuevo inicio.

Normalmente una obra de ficción interactiva de este tipo se la juega en dos campos: su propia consistencia como texto de ficción y la capacidad de responder al jugador, la variabilidad y la importancia que da a sus decisiones. Kyle es un escritor tremendamente solvente, que maneja muy bien los tiempos narrativos y sabe cuándo puede detenerse a describir y darle corporalidad a una escena pero también cuándo ha de acelerar. El juego tiene además unos diálogos divertidos, con personajes muy bien caracterizados y un humor negrísimo que a veces relaja el tono sombrío general y deja que la esperanza asome. Creo que además ilustra muy bien los temas de la nueva edición, que es bastante más pesimista y se cuestiona el propio papel de los Garou y si han hecho más mal que bien.

Y en cuanto a reactividad, uno puede perderse en la cantidad de opciones que tiene de personalización. No están todas las Tribus disponibles pero de resto se nota mucho que cada tipo distinto de personaje tiene opciones para hacer su partida satisfactoria, que el juego no está pensado para ser disfrutado de una sola manera y que brinda muchas formas de avanzar. Yo en mi primera partida me hice un Theurge y disfruté muchísimo de todas las opciones relacionadas con el ocultismo (a veces es apabullante todo el saber que hay volcado, no sólo del juego sino de tradiciones místicas reales) y el trato con espíritus, aquí presentados como dioses menores con un tono que creo que le va genial al juego. Y siendo como es un juego violento, creo que ni una sola vez me transformé en Crinos, la máquina de matar y forma de guerra definitiva. Esto es algo de la nueva edición que me encanta y que se respeta muchísimo aquí, que incluso combatiendo igual hay opciones mejores que convertirse en un tanque peludo sediento de muerte.

The Book of Hungry Names apenas cuenta con apoyo visual, ya que se nos invita a usar «el poder de nuestra imaginación», y lo cierto es que no lo necesita porque es muy fácil meterse en lo que nos narra su autor. Y sin embargo, las ilustraciones que ha hecho Amy Wilkins de sus personajes más importantes son también una maravilla a destacar, un pequeño descanso para el cerebro que a la vez complementa las descripciones. Funcionan maravillosamente, sobre todo porque dan más presencia a unos personajes que son fantásticos y están realmente vivos. Uno avanza por esta historia primero porque le interesa su propia criatura, pero también porque quiere conocer al resto. Es de agradecer que de muchos de ellos además tengamos varias ilustraciones, tanto de su forma humana como de otra de las posibles.

Precisamente la variedad de situaciones, acercamientos y lo extenso que es el juego (me ha durado unas 16 horas y leo rápido, aunque el inglés no sea mi lengua materna) creo que hasta hoy The Book of Hungry Names es la experiencia definitiva de Hombre Lobo, lo más parecido que uno puede jugar a una partida de mesa. A nivel mecánico su hoja de personaje y distintas opciones funcionan casi como un calco del juego original, y Kyle consigue algo que ya hacía en Night Road y que a mí me encanta: se adhiere al material con mucha fidelidad pero a la vez sabe cuándo saltarse las normas e ir más allá de las reglas para presentar situaciones que serían más difíciles de encajar pero que le dan mucho color a la partida. Probablemente eso es lo que más me gusta de sus dos juegos, que no teme ir más allá pero a la vez sabe cuándo parar.

The Book of Hungry Names te mete a fondo en el lore de la nueva edición, te presenta una plétora de situaciones tan variadas que puede marear, no descuida la parte mística del juego pero tampoco la mundana y además tiene un reparto de personajes maravillosos. Es casi como jugar una partida unipersonal con un muy buen narrador y sobre todo puede servir para que más gente entre en el hobby. Creo que hay razones de sobra para recomendarlo y que esta alianza con Choice of Games le viene de maravilla a ambas compañías. Por mí que sigan, y que encarguen a Kyle más ficciones.

PD: Para quien no quiera leer tanto y necesite más apoyos está también Heart of the Forest, que es una novela visual solidísima pero más corta y no tan profunda.

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